
Al menos una vez al año, las revistas de moda insisten en que el Little Black Dress que inventó Coco es un must en tu fondo de armario. Todo los libros de estilo y saber estar te exigen tener uno para moverte en sociedad de modo adecuado y resultar perfecta en múltiples ocasiones.
Cada año te entran dudas, te apetece perder la cabeza y hacerte con uno de marca de lujo, te preguntas ¿será esa la razón por la que todavía no he recibido una invitación tipo presentación-perfume-Armani-en-Embajada-Italiana?.
Es el vestido cocktail por excelencia pero en tu vida de chica urbana trabajadora ¿a cuántos cocktails acudes que requieran vestido de tafetán y guante blanco largo?
¿Alguna vez te has encontrado ante el armario diciendo ah, socorro, no sé qué ponerme, necesito un LBD? ¿A cuántas reuniones, fiestas has asistido y has pensado ah, si me hubiera comprado el LBD qué bien vestida hubiera venido?
Te encantaría tener la ocasión y hacerte el moño italiano ad hoc pero como las invitaciones a la Embajada siguen resistiéndose a llegar, guardas el LBD en DVDs y los luce para ti la mejor modelo del S.XX paseando por Long Island o conspirando en el bar del Ritz con Peter O’Toole.
El must de vestir del siglo 21 debería ser el LBT (long black trouser). ¿No te lo pones a todas horas y casi todo el año?.
Muy estilosos los de Roberto Torreta, y deja de suspirar por los de Joseph, otro mito