martes, 17 de julio de 2007

Noche cultural

Desde el 1 de julio disfrutas de la ansiada jornada intensiva: levantarte con esfuerzo a las seis y media para estar en la oficina a las ocho; cafés cada hora para no dormirte sobre el portátil, sandwich y patatas fritas de máquina para calmar el ataque de hambre de la una y media; sensación de lipotimia en la parada del autobús bajo el sol abrasador de las tres de la tarde.

Por fin llegas a casa y tienes toda la tarde libre para tus miles de asuntos propios; lo llevabas deseando todo el año. Lo primero es echarse la siesta y recuperar energías después de semejante madrugón, y la siesta suele prolongarse en sesión remolona en el sofá con zapeo y ojeo de revistas incluidas.

A las ocho vas cogiendo cuerpo pero las tiendas y las piscinas empiezan a cerrar, te quedan las terrazas pero hasta más tarde no se animan. Umm... ¿Qué hacer? ¿Dónde ir hasta entonces? El museo Thyssen abre para tí hasta las once de la noche su excelente exposición: Van Gogh los últimos paisajes.

Y si has cobrado un bonus veraniego celébralo después con una cena en su terraza "El Mirador del Museo" (foto) con vistas al Paseo del Prado. Y puedes trasnochar: mañana tienes toda la tarde para dormir la siesta.

http://www.museothyssen.org/thyssen/