El frío, Ana Locking y Ziryab

Llego a la Pasarela Cibeles (imposible cambiarle el nombre) rodeada de dos de los enemigos principales del glamour: el frío y las prisas.

Para mí el glamour va siempre en cierta forma a cámara lenta para poder apreciarlo (la caída de un vestido, un movimiento de manos....) y, como siempre, en este tipo de eventos hay demasiada gente y cierta aceleración, acompañada por la música del desfile en este caso.

Desisto de buscar a las famosas de siempre y me entretengo con la conversación inteligente de mi amiga Pilar.

Las creaciones de Ana locking de día me resultan complicadas, salvo algunos vestidos y chaquetas cruzadas que son originales y elegantes. Sin embargo, salgo fascinada con sus vestidos de noche blancos con formas geométricas en negro, con algunas reminiscencias años treinta. Siempre he pensado qué me pondría si alguna vez tuviera que ir a Cannes a un evento de noche y creo que ya he encontrado el modelo (ahora tendré que ponerme a escribir el guión de una película para poder ir a Cannes....)

Al llegar a casa vuelvo a los libros de historia y leo que ya durante el emirato Omeya, en el año 821, llegó a la corte andalusí Ziryab, y fue lo que ahora llamaríamos un creador de tendencias. Modificó de acuerdo con las normas abbasíes de Bagdad la manera de vestir y comer, la educación la higiene y la decoración. En lo que nos concierne hizo que se importaron finas telas e impuso formas de vestir diferentes según las estaciones de año.

Quizás el que podamos disfrutar de la pasarela dos veces al año se lo debamos de algún modo a Ziryab.

Gracias a Nordik por compartir su crónica desde la primera fila.