martes, 28 de febrero de 2012

Ese vestido blanco (léase entre suspiros)

La ceremonia de los Oscar ya no es noticia pero sigo hipnotizada con el vestido blanco, el brazalete y el anillo que lució Gwyneth.

No se cambió para la posterior fiesta de Vanity Fair porque ¿cómo superarlo o incluso igualarlo?
Y la pregunta que me hago desde que lo vi: ¿habrá conseguido quitárselo? Sospecho que no. Me la imagino ahora mismo en el vestidor de su casa ante un espejo con el Oscar que ganó por "Shakespeare in Love" ensayando un nuevo discurso sin lagrimitas. Este vestido impone estar serena y decir algo inteligente e inteligible.

El Ralph Lauren rosa pastel que ni le quedaba bien ni era bonito (no subo la foto para no estropear este post) era adecuado para la llantina de la jovencita Gwyneth, eso hay que reconocerlo. En aquella película la obligaban a casarse con Colin Firth, un secundario al que sólo Nordik y tres más prestábamos atención.

Una de sus competidoras aquel año era Meryl Streep. Ella se lo merece siempre y esta vez, quizás para atraer a Oscar, se ha vestido de dorado como él. Entiendo que siendo tan perfectas sus interpretaciones se permita patinar con los vestidos de gala.

El domingo Miss Paltrow no aspiraba a ningún Oscar pero creo que por unanimidad de revistas y blogs se ha llevado el de la más elegante.


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